El potencial de mercados de carbono en Argentina

El país tiene más de 15 millones de hectáreas con capacidad para hacer plantaciones forestales que permitan acreditar bonos de carbono. Fuente +Energía

Además de la generación de energías renovables y de las prácticas de eficiencia energética, la tercera pata fundamental en el camino de la descarbonización es la captura de carbono mediante plantaciones forestales.

Según la FAO, la Argentina tiene más de 15 millones de hectáreas con capacidad para hacer plantaciones forestales, donde se destacan la región pampeana con 7 millones de hectáreas y la Mesopotamia con 5,3 millones.

“Es una región extraordinaria para el desarrollo de proyectos forestales, con buenas condiciones de suelo y clima. Argentina tiene grandes ventajas competitivas”, afirmó Sebastian Fragni, presidente del Grupo de Manejo Forestal Latinoamericana, durante su exposición en el panel de mercados de carbono en esta AOG 2023.

El potencial de mercados de carbono en Argentina

Dentro de este mercado se destacan los réditos de carbono: certificados que dan cuenta de la captura de carbono que pueden comercializarse para que una empresa cumpla con sus metas ambientales.

Se trata de proyectos de entre 20 y 40 años que tienen una etapa muy rigurosa de planificación bajo estándares ambientales muy altos y, en general, a partir del tercer año en empiezan a certificar estas capturas.

Los más expandidos son los mercados voluntarios y se espera que su demanda aumente de 5 a 10 veces antes del 2030, de 8 a 20 veces para el 2040 y de 10 a 30 veces para el 2050. Consecuentemente, con el incremento de demanda, subirá el precio de la tonelada de carbono de 20 a 70 dólares, lo que representa un gran negocio para los países con capacidad de captación como la Argentina.

Existen varios tipos de proyectos de compensación: los que capturan y almacenan dióxido de carbono como plantaciones forestales, prácticas de manejo agropecuarias, conservación de bosques y CCS (Carbon Capture Storage).

Para ser elegibles y poder certificarlos como créditos, estos proyectos deben demostrar que la mitigación o eliminación se verificó, que esa tonelada no se hubiese desarrollado de no implementarse el proyecto, tienen que ser medibles, tienen que ser verificable por un auditor externo, y tienen que ser permanentes.

Respecto a las plantaciones forestales, hay dos modelos principales: la forestación reforestación y revegetación (ARR); y la reducción de emisiones por evitar degradación o reforestación (REDD) al evitar deforestación planificada o no planificada.

Los ciclos de vida de los proyectos comienzan con la etapa de prefactibilidad y análisis técnico y financiero y de viabilidad de un proyecto que dura de 6 meses a un año. Luego, pasan a la adquisición de la tierra o asociación con el propietario de la misma; se inician las operaciones de campo y el proceso de producción sostenible.

“No hay muchos países que tengan los recursos, la capacidad, el know how, los proveedores, los técnicos y los contratistas calificados como tiene Argentina. Hay una excelente relación costo beneficio de entre 7 y 15 dólares la tonelada de dióxido de carbono equivalente en los ARR y de entre 6 y 12 dólares la tonelada en los REDD”, indicó Fragni.

A su vez, el experto destacó la oportunidad del momento ya que, además de la búsqueda acelerada de empresas de cumplir con sus compromisos ambientales, otras buscan generar carbono como materia prima para el nuevo mercado y muchas, en este contexto de cepo cambiario argentino, tienen exceso de efectivo en pesos que transforman en dólares mediante estos contratos que suelen hacerse en divisa estadounidense.