Nuevo problema: el precio del litio para las baterías se multiplica por cinco en un año

El precio de las baterías se situaba en mínimos históricos a finales del 2021 tras bajar un 6% durante el año, pero la subida desbocada del litio pone en peligro esa tendencia, al menos temporalmente

Pedro Martín. Durante el pasado 2021, el precio de las baterías disminuyó otro 6%, hasta situarse de media en 132 dólares/kWh (117 euros/kWh), la cifra más baja de la historia, frente a los 140 dólares/kWh (124 euros/kWh) con que había cerrado el 2020. Si tomamos como ejemplo las baterías del nuevo Renault Mégane E-Tech Electric, de 40 y 60 kWh, eso se traduciría hoy en un coste de producción de 4.680 y 7.020 euros, respectivamente, y si pensamos en un Ford Mustang Mach-E, con baterías de 76 y 99 kWh, supondrían respectivamente 8.892 y 11.583 euros. Y ese 6% de caída en el precio es solo el último eslabón en una cadena de constantes bajadas, pues en 2010 las baterías de los coches eléctricos costaban de media 1.200 dólares (1.066) por kWh, nueve veces más que ahora. 

Sin embargo, el aumento en la demanda de vehículos enchufables a nivel mundial (de 3,1 millones de unidades en 2020 a 5,6 millones en 2021), unido a la escasez de algunas materias primas clave para la fabricación de sus baterías, ha hecho que algunos precios crezcan rápidamente en los últimos meses, y China, el principal productor de litio, cobra la tonelada de ese elemento a 36.500 euros, cinco veces más que hace exactamente un año. Y otro tanto ocurre con metales usados en los cátodos de las baterías, como el cobalto, cuyo precio se ha doblado en el último año hasta alcanzar los 62.500 euros/Tm, o el níquel, que cuesta 18.200 euros/Tm tras subir un 15% en el último año. 

Además, el precio en origen de esas materias primas tiene mayor influencia que nunca sobre el coste total de la batería, pues, si hace dos años las celdas de energía propiamente dichas suponían un 70% del coste total de la batería (del ‘pack’ de batería, por así decirlo), las recientes mejoras en el diseño de estos componentes han hecho que hoy las celdas constituyan el 82% del coste total de la batería. Y eso, sin duda, parece estar influyendo en las enormes diferencias de coste de las baterías de iones de litio en los diferentes mercados mundiales, pues si hoy un ‘pack’ de batería cuesta de media 99 euros/kWh en China, en Estados Unidos la cifra se sitúa un 40% por encima y en Europa la situación es aún peor, pues una batería resulta un 60% más cara que en China. No obstante, los precios de las baterías de litio varían también en función de la tecnología aplicada, pues las de fosfato de hierro y litio (LFP) son de media un 30% más baratas que las dotadas de cátodos de níquel y cobalto (NMC).

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El 82% del coste de una batería de coche corresponde a las celdas, cuando hace dos años era el 70%.

No obstante, los expertos creen que estos aumentos en los precios de las materias primas indispensables en el proceso de fabricación podrían ser coyunturales, y que a pesar de que el litio podría subir aún un 50% a lo largo del 2022, las baterías seguirán abaratándose hasta situarse en 2024 por debajo de los 100 dólares/kWh (89 euros/kWh).

Una especie de barrera psicológica para el sector de la automoción, pues, con costes inferiores a esos 100 dólares, ya se ve factible la producción en masa de coches eléctricos más económicos que los actuales, ya que los automóviles de batería acercarían su precio a los vehículos comparables dotados de motor de combustión aunque desapareciesen las ayudas a la compra que hoy existen en muchos países, como España.

Eléctricos a precios de gasolina

Pero no todos los estudios coinciden a la hora de pronosticar una fecha en la que los coches eléctricos igualen sus precios con los modelos comparables de combustión. Por ejemplo, en las conclusiones del último informe Global Automotive Executive Survey de la consultora KPMG, basado en una encuesta a 1.180 directivos del sector a nivel internacional, se recogía que el precio de los eléctricos no se igualará con el de los coches de gasolina o diésel hasta el año 2030. Además, un 64% de los entrevistados opinaban que el vehículo eléctrico no se podrá generalizar si no cuenta con incentivos y ayudas económicas. 

Hace unos meses, sin embargo, un estudio del organismo europeo T&E (Transport and Environment) y la consultora BloombergNEF defendía que el precio de los coches eléctricos y de combustión se igualará antes, y fijaba un calendario para ese hito industrial: 2025 en el caso de las furgonetas, 2026 para los SUV y turismos medios y grandes y 2027 para los utilitarios y compactos. E incluso pronosticaban que en 2030 los vehículos eléctricos ya serían, de media, un 18% más baratos que los de combustión equivalentes, basándose por ejemplo en la rápida caída del precio de las baterías, aunque la fluctuación en el precio de las materias primas inyecta algunas dudas y los expertos no acaban de ponerse de acuerdo al respecto.